La queja de un vecino del barrio Peñi Ruca fue la que alertó a la Policía sobre tres menores que merodeaban la zona munidos con hondas y cazando pájaros. Al lugar llegó rápidamente un auto color negro, con vidrios polarizados y sin identificación. De él descendieron tres hombres, todos de civil, prestos a llevar a cabo un operativo y detener a los chicos.
Los gritos de desesperación de los chicos sirvieron para que una vecina saliera a la calle a ver qué ocurría y se encontrara con una situación a la que describió como una “violación a los derechos” de la niñez.
El episodio ocurrió cerca de las 16 de ayer, cuando parecía que la cuadra estaba desolada y la tranquilidad de la tarde fuera interrumpida por aquellos llantos y gritos de los menores que, aterrados, eran cargados al auto. La mujer salió a la vereda de su casa, en calle Chile, casi Varela. En ese momento, dos de los tres menores ya estaban dentro del auto. El tercero estaba siendo subido entre dos hombres.
“Pataleaba y gritaba como loco, los otros dos también lloraban a los gritos”, aseguró la mujer, que se dio cuenta rápidamente que los hombres de civil eran policías. “Salí y pregunté qué ocurría. Ninguno me contestaba. Como nadie me decía nada crucé las rejas y fui hacia ellos”, contó la mujer, y agregó que en ese corto tiempo “el tercer nene ya estaba dentro del auto. Los tres gritaban”.
Insólito proceder
Enseguida llegó un patrullero. Esta vez con efectivos uniformados. Eran de la Seccional Tercera. “Estacionaron, el chofer se bajó, y bajó otro policía más. Mientras los tres de civil dijeron que ‘respondieron a la llamada de un vecino que se quejaba porque los chicos estaban con gomeras en la calle’”.
Tras recibir esa respuesta, la vecina les dijo que era “una barbaridad lo que argumentan, pido que abras la puerta que quiero hablar con los chicos”. Ante la negativa de los policías de civil, la mujer insistió hasta que la abrieron. Ahí pudo hablar con un niño de 8 años, del barrio Néstor Kirchner, que la tomó fuerte la mano y mientras lloraba aterrado dijo “estábamos cazando pajaritos”.
Los otros dos niños continuaban llorando y estaban con la cabeza gacha, por lo que la vecina se dirigió en forma terminante, pero sin perder nunca el respeto, hacia los efectivos: “es terriblemente obsceno y escandaloso que ustedes tres, vestidos de civil, en un auto con vidrios polarizados y sin identificación, estén llevándose niños” y nuevamente recibió la misma respuesta, “nos llamó un vecino, porque estos chicos andaban con gomeras”.
Esta vecina, que salió a defender a los niños y que de todas maneras fueron llevados a bordo de ese vehículo hacia la Seccional Séptima, manifestó su indignación ante el abuso de poder del cual fue testigo ayer.
Fuente: La Arena