
«Fui torturado en otras oportunidades con picana, me colocaron la picana en la cabeza, en las sienes. Sentía algo que me atravesaba. En otra oportunidad en el pecho, a la altura del corazón», contó. «Me preguntaban insistentemente si teníamos armas. Nunca en mi vida tuve una», mencionó.
Luego fue llevado a la Unidad 4 del Servicio Penitenciario Federal y posteriormente a la Unidad 9 de La Plata, recuperando su libertad recién en marzo o abril de 1981, aunque había sido absuelto el 8 de febrero de 1980.
Dijo que en una oportunidad, en una celda de la comisaría Primera, fue revisado por un médico policial, luego de ser torturado. El médico lo revisó cuando se encontraba maniatado o esposado, con las manos detrás. «De anoche me ahogaba y no podía respirar. Pedí asistencia médica a los gritos. No podía respirar. Tenía como una taquicardia. Fui atendido por una persona en el calabozo», dijo. «Yo le dije al médico que tenía dos problemas. Uno, que tenía una taquicardia y otro micosis», sostuvo.
Posteriormente, recién en 1994 o 1995, pudo saber quién era. «Buscando médico años después para atender a mi hija, que tenía problemas en la piel, me indicaron un médico. Voy con mi hija a ver ese médico y cuando entré me sorprendió… lo reconocí. Era Pérez Oneto. Cuando le comenté a mi mujer, le dije que yo lo conocía, y mi familia me contó que era quién los había recibido cuando llevaron medicamentos a la Primera«, dijo.
Por las «vacas de Regazzoli»
Mirta Susana Cisneros fue otra de las testigos que declaró en el juicio. Era docente e hija de Avelino Cisneros, encargado de Mantenimiento del Estado Provincial, quien también detenido.
Mirta fue detenida en abril de 1976 en la localidad de Telén. Ese mismo día fue trasladada a la Seccional Primera de Santa Rosa. En esa dependencia quedó en una habitación aislada hasta que fue conducida atada y vendada a la planta alta, sede de la Unidad Regional de la Policia, donde la interrogaron. “Me preguntaban sobre unas vacas del gobernador (Aquiles) Regazzoli. Los campos… Yo ni idea tenía”, dijo. Posteriormente, luego de tomarle fotos y sus huellas dactilares, fue liberada.
Dijo que su padre fue brutalmente torturado. «Mi padre jamás habló, nunca nos contó nada», expresó.
FUENTE: Diario Textual