La santarroseña Federica Guibelalde Henson es una de las víctimas del periodista Ari Paluch, ahora despedido de América 24, después de una serie de denuncias de acoso y abusos sexuales.
Guibelalde trabajó con Paluch en su condición de locutora en los programas “La batidora” y “El exprimidor”, pero después de cinco años de soportar la situación decidió dejar su lugar. Federica -hija de una familia que reside en esta capital, que tuvo vinculación en su momento con Canal 2-, es madre de cuatro niñas, y dijo que se decidió a salir a denunciar a Paluch luego de haberse enterado de la actitud de Ariana Charrúa.
“Quiero expresar mi solidaridad con Ariana Charrúa ante una manifestación repudiable de abuso que ha tenido que vivir y también mi reconocimiento por la valentía de haberlo denunciado”, dijo entrevistada por Valeria Weis, de “Nosotros a la mañana” que se difunde por Canal 13.
Federica Guibelalde se recibió de locutora en el ISER, y luego empezó a trabajar con Paluch en dos programas, y con uno de esos llegaron a ganar el “Martín Fierro” en radio. Pero después de cinco años decidió renunciar.
Más tarde se casó y partió a Toronto, Canadá, donde actualmente reside.
Luego de enterarse de la situación vivida con Ariana Charrúa, la microfonista de A24, Guibelalde -luego de conversarlo con su familia, y también con alguna amiga de Santa Rosa (vía telefónica)- se decidió a sumar su denuncia contra el periodista.
Señaló que en aquel momento no supo muy bien qué hacer, salvo renunciar a su trabajo, pero que ahora “felizmente la sociedad ha ido evolucionando hacia una concepción menos machista. Hoy la moral colectiva escucha y sanciona estas conductas. En lo personal, yo comencé a trabajar con Ari haciendo ‘La batidora’ y ‘El exprimidor’ cuando era muy joven, y recién recibida tuve que vivir mi propio tormento en el ámbito laboral”.
Recordó que en ese tiempo “nadie se atrevía a hablar”, y que “las conductas machistas eran aceptadas como normales. Creo que muchas nos callamos por temor a perder el trabajo. Ari no sólo era mi compañero laboral, era la figura principal del programa y era mi jefe”, indicó.
Precisó que sufrió “no abuso pero sí acoso. Desde comentarios y requerimientos verbales hasta ser destinataria de algún regalo inapropiado”, como lencería erótica.
El último acoso.
La semana anterior, al finalizar el programa que Paluch conduce en A24, la sonidista Ariana Charrúa, denunció ante las autoridades del canal que el periodista le había tocado la cola, en una situación que calificó de “ingrata, sorpresiva, abusiva, ofensiva y desagradable”.
Ari Paluch argumentó, intentando defenderse, que había sido sin intención, que le había querido hacer un “give me five” (chocar los cinco) y, en ese gesto, había tocado la cadera a Charrúa.
Después en Twitter Paluch dijo: “rezo por quienes buscan 15 minutos de fama a costa de mi carrera”.
No pudo evitar que se produjera un generalizado repudio -aún de colegas que resultaron muy duros en sus apreciaciones-, y que las autoridades del canal en que trabajaba decidieran despedirlo.
Otro testimonio.
Verónica Albanese, otra locutora que trabajó con Paluch después que Federica Guibelalde decidiera dejar su lugar, también hizo referencia a los exabruptos del periodista.
Señaló que al principio eran suerte de bromas que “podía manejar”, pero que todo cambió cuando quedó embarazada. “Me decía ¡que bueno, embarazada, mirá qué linda!’. Algo perverso y, de inocente, uno siempre sigue trabajando. Todos los días me jodía con la panza, me decía ‘seguí vistiéndote así, mejor, cuanto más provocativa mejor’. Pero un día me fui con un jardinero de embarazada y me dijo ‘no, no, ya está, sos una embarazada cualquiera, no vengas más’, y me despidió”, relató.