En lo que va del 2020 se registrados 21 femicidios, uno de ellos en La Pampa

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Van 21 femicidios en el año, con uno en La Pampa

El primer mes del año presentó una desgarradora estadística: fueron registrados 21 femicidios, uno de ellos en La Pampa, en lo que va del 2020.

El Observatorio Mumala: Mujeres, Disidencias, Derechos se encargó dar a conocer estos datos y detallar características relevantes.

«En enero una mujer fue asesinada cada 35 hs en Argentina, consecuencia de la violencia machista, pero nos convertimos en potenciales víctimas de femicidio cada 24 hs», sostuvo.

El domingo 19 de enero ocurrió uno de estos femicidios: Camila Fernanda Guevara, de 38 años, fue asesinada de un balazo en la nuca con una carabina 22 en su casa del pueblo de General Campos. El femicida fue su propia pareja, Martín Aníbal Colón, de 41, que luego también intentó matarse de un balazo en la cabeza. Estuvo internado, hasta que falleció unos días después. En la casa, en el momento del ataque, estaban dos hijos de Camila.

 

 

 

Según los datos del observatorio, el 57 de los femicidas era pareja de las víctimas y el 23 una expareja. En tanto, sobre el 10% de los femicidios registrados no se obtuvieron datos sobre el vínculo entre la víctima y el agresor; y otro 10% de los femicidios fue cometido por un hombre desconocido para la víctima, sin vínculo ni relación.

Esas 21 personas fueron asesinadas de diversas maneras: con arma de fuego, 28%; arma blanca, 19%; asfixia, 5%; incineramiento, 10%; a golpes, 33%; y el 5 % de las víctimas fueron torturadas, envenenadas, caídas de altura.

Más datos: el lugar físico del femicidio más común es el domicilio de la víctima o la vivienda compartida.

A su vez, 36 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre; el 33% de mujeres víctimas de femicidio había denunciado a su agresor previamente, 14 % tenía restricción de contacto o perimetral; y el 29 % de los agresores se suicidó, y el 14 % lo intentó; el 10 % de los femicidas está prófugo; en el 52 % de los casos víctima y victimario convivían; el 5 % de las víctimas estuvo desaparecida; y el 5 % de las mujeres era migrante.