Un hombre fue detenido por abuso económico: decía ser un «enviado de Dios»

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Un hombre de 38 años fue arrestado por presuntamente incurrir en abuso económico hacia una mujer mayor de 86 años a la que atrajo en una iglesia, haciéndose pasar por «un enviado de Dios en la tierra».

El caso se descubrió tras una denuncia presentada por el propio hombre, quien reportó la «desaparición» de la víctima.

De acuerdo a fuentes de la investigación, la mujer de 86 años residía en la calle Rucanelo 3600 y compartía su hogar con un individuo que no pertenecía a su familia. Inicialmente, se indicó que el hombre «se hace pasar por un enviado de Dios y la conoció en una iglesia, a partir de lo cual se instaló en su casa hace unos cinco o seis meses».

En el transcurso de su convivencia, todos los bienes de la mujer pasaron a estar a nombre del hombre. Como resultado, fue detenido y se está investigando la situación. El caso salió a la luz alrededor de las 00:30 del jueves, y hasta el momento se han recopilado importantes pruebas.

Además, se reveló que hubo una denuncia previa por parte de una cuidadora que había sido contratada por este individuo. La cuidadora alertó sobre la situación sospechosa y presentó la denuncia a finales de agosto, aunque no se habían logrado avances significativos en la investigación.

La situación se aclaró aún más cuando el propio hombre denunció la presunta desaparición de la mujer. La policía intervino y la mujer, que nunca salía sola, llegó al domicilio en un taxi.

Ella explicó que había asistido a la casa para hablar con los que eran en realidad sus ex suegros, la única familia de confianza del hombre, y les informó que quería que él abandonara la casa, ya que le estaba quitando sus pertenencias y no sabía qué había hecho con sus bienes. Se trató de un caso de abuso económico hacia una adulta mayor.

El hombre, originario de Glew, una localidad del partido de Almirante Brown al sur del Gran Buenos Aires, recibió una orden de prisión preventiva por un período de 45 días. Según su propio testimonio, lleva 20 años residiendo en Santa Rosa, mientras que el resto de su familia reside en Glew.